Aquél chocolate estaba con certeza muy bueno o Carolina tenia mucha hambre, pués cuando comienzó a masticar, sució la ropa y la cara de ángel con los sabores de cacao azucarado.
Encuanto se deliciaba, yo la miraba y me preguntaba donde podría haber salido tan bela niña. Pagué el chocolate y salí con ella de la tienda para ver si dando una vuelta por la acera, sin embargo encontraria su familia.
- Dónde has venido?. - Pregunté yo.
- De allí, respondió Carolina, como se recordarse al final alguna cosa. Estoy con mís padres. Ellos están en las compras y yo ando un pouco por la ciudad mientras espero.
- Ora, bueno... Creía yo que tu estubiera perdida y olvidada por tus familiares. Estaba con um aire tan lejano que no sabría lo que piensar. ¿Cómo te llamas?, pregunté, todavia desconfiado.
- Carolina. Mi nombre es Carolina solamente.
- ¿Carolina solamente?
- No, tengo outro nombre después de Carolina, pero a mi no me gusta. Dije ella, explicando.
-No pasa nada. No tengo interés en saber tu nombre completo. ¿No te crees que ya está en la hora de volver para cerca de tus padres? Ya deben estar preocupados.
- No. En la verdad no tengo voluntad ninguna. Ellos a mi no me gustan. Dijeme ella, bajando la cabeza.
- ¡Vaina! - exclamé yo. Por veces piensamos que las personas no gustan de nosotros, pero es porque uno tiene su forma de demonstrárselo. No te preocupes. Con toda la certeza ellos a ti le gustan y justo en ese momento ya están preocupados. Mira , hay una pareja en la puerta de la tienda. Sin embargo procuran a alguien. – Dijele yo.
- Son ellos. Son mís padres adotivos. Dije ella, pero una vez más bajando la cabeza tristemente. No quiero yo volver a la casa con ellos.
- Perdoname Carolina, pero tienes que volver con ellos. A nadie en parte alguna has de poder quedar contigo a cargo. Tu solo puede salir de casa y de la responsabilidad de sus padres cuando tuvieres dieciocho años. Hasta este día, tiene que ser alimentada, alfabetizada y convivir con ellos. Cuando tuvieres edad para salir de casa para vivir su própia vida, teneré mucho placer en ayudála. Ahora va. Ellos la esperan.
Carolina, dio dos pasos para frente y después miró para trás diciendo a mi, "Yo no voy olvidar do que me lo dice. Ni de tu rostro. Cuando hicir dieciocho años vengo a buscarte para que me ayude".
- Pero tu no me conoce. Ya ahora me apresento, soy Jonas Almeida, a su dispor. – He hecho una venia con mi cabeza quitando mi sombrero.
Carolina sonreío y fue lentamente al encuentro de sus padres.
Iba sin voluntad ninguna cuando notó la mirada de una mujer que estaba parada en la esquina con un crio en sus brazos y al que parecia, con una mancha violeta en su mentón.
O meu pensamento
Hace 8 años